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La adaptación no es negociable

Es por ello que hoy la adaptación no es negociable. La crisis de 2008 y la actual, como consecuencia de la pandemia del Coronavirus... en breve.

En el mundo empresarial (como en la vida) lo que no evoluciona, desaparece. No es posible encontrar punto intermedio y aunque no sea perceptible en ocasiones, los negocios que no están en plena transformación sufren cierto retroceso.

Es por ello que hoy la adaptación no es negociable. La crisis de 2008 y la actual, como consecuencia de la pandemia del Coronavirus, han provocado que nos situemos en un entorno VUCA, es decir volátil, incierto, complejo y ambiguo. Eso provoca que la flexibilidad mental de los dirigentes de las empresas deba ser total porque es necesario trabajar para adaptarse a las nuevas circunstancias, tanto las que ya se han dado como las que van a llegar en breve.

Estamos en un cambio de paradigma empresarial en la que todas las reglas del juego están cambiando y las empresas deben salir de su zona de confort. Nos ayudará conocer nuestro negocio, tener una propuesta clara de valor y percibida por nuestro cliente, conocer el sector en el que nos desarrollamos y a nuestros competidores, tener una empresa ágil, con procesos simples y con capacidad de respuesta rápida. Digitalizar la empresa ya no es una opción, es una necesidad. Una obligación diríamos más acertadamente. Las tareas rudimentarias las debe hacer una máquina, se equivocará menos y nos permitirá disponer de un tiempo precioso para pensar qué es nuestra empresa, qué cambios debe afrontar y cuáles son las personas adecuadas para ejecutarlos. Además, al digitalizar la empresa tenemos información útil en tiempo real y podemos responder al mercado con mayor rapidez.

Por tanto, valentía. Y no valentía para introducir nuestra empresa en una revolución. Valentía para adaptarla y acondicionarla. La revolución ya se viene dando en el mundo empresarial desde hace años.

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